En conocimiento de la ocupación británica de Montevideo, el Cabildo de Buenos Aires ordenó a Liniers la internación de los prisioneros en el interior del virreinato. Hasta ese momento los prisioneros británicos se hallaban distribuidos en Buenos Aires y en los fortines de la campaña, tales como Guardia del Salto, Rojas, San Antonio de Areco (fortín de Areco) y la Villa de Luján, en donde se hallaba Beresford.
Se decidió distribuir los prisioneros en 3 contingentes de a 500 que custodiados por los Húsares de Pueyrredón, fueron enviados a los fortines del oeste del virreinato, al norte y, al Litoral y las Misiones.
Los principales jefes británicos que se hallaban en Luján, fueron destinados a Catamarca, partiendo el 10 de febrero de 1807 a cargo del capitán Manuel Luciano Martínez de Fontes y 17 blandengues. Los prisioneros eran:
- General William Carr Beresford, Comandante de la Fuerzas de la primera invasión
- Coronel Dennis Pack, Jefe del Regimiento N° 71 “Highlanders”
- Capitán y asistente Robert Williams Patrick
- Mayor de Brigada Alexander Forbes
- Capitán Roberth Arbuthnot, del Regimiento N° 20 de Dragones Ligeros y edecán de Beresford
- Teniente Alexander Mac Donald, de la Real Artillería,
- Teniente Edgard L´Estrange, del Regimiento N° 71 “Highlanders”
- Cirujano Santiago Evans, del Regimiento N° 71 “Highlanders”
Debido a que Beresford mantenía contacto con grupos criollos promotores de la ideas independentistas, la columna que lo trasladaba fue interceptada en las cercanías de Arrecifes por un grupo de criollos, entre ellos Saturnino Rodríguez Peña y Manuel Aniceto Padilla, quienes lograron con engaños que el jefe inglés les fuera entregado junto con un oficial de su elección.
Los criollos mantuvieron oculto al general inglés y al coronel Dennis Pack (su futuro cuñado) hasta que fueron clandestinamente embarcados en el puerto de Buenos Aires el 21 de febrero en un lanchón de la balandra portuguesa Flor del Cabo que los trasladó hasta la Ensenada de Barragán en donde embarcaron en la corbeta inglesa HMS Charwell, enviada desde Montevideo con mensajes para las autoridades. El objetivo de esta misión era negociar la rendición de Buenos Aires para evitar una batalla sangrienta. Llegaron a Colonia del Sacramento y luego por tierra viajaron a Montevideo, llegando el 25 de febrero. Sin haber llegado a un acuerdo, Beresford rechazó la oferta de comandar la expedición a la capital virreinal y se embarcó hacia Londres. Este general ocuparía la isla Madeira ese mismo año y se convertiría en su gobernador. Más adelante tendría un papel prominente en la Guerra de la Independencia Española.
El 21 de marzo de 1807 la Real Audiencia inició un juicio por la fuga, siendo absueltos el 7 de octubre de 1808 Antonio de Olavarría, Manuel L. Martínez Fontes, Francisco González, Antonio Luis Lima y José Zabala. El 6 de diciembre de 1808 se inició el juicio contra los autores materiales, quienes se hallaban prófugos, pues habían embarcados el 8 de septiembre de 1807 desde Montevideo hacia Río de Janeiro en un navío de guerra inglés. Ellos eran Saturnino José Rodríguez Peña, Manuel Aniceto Padilla y Antonio Luis de Lima (patrón de la balandra portuguesa Flor del Cabo), quienes fueron gratificados por el gobierno británico con una pensión de trescientas libras anuales hasta su muerte.
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