martes, 2 de julio de 2013
Causas de la Invasiones Inglesas
Vinculación de la política española con la francesa: España y Francia eran gobernadas por dos ramas de una misma dinastía que “firmaron” un tratado llamado Pacto de Familia (ayuda mutua), así como España participó al lado de Francia en la guerra contra Inglaterra por problemas de rivalidad en Europa y en las colonias de Asia y América.
Antagonismo entre españoles e ingleses: originado por las luchas entre Felipe II e Isabel debido a la diferencia religiosa entre católicos y protestantes.
El desarrollo económico de Inglaterra y su búsqueda de nuevos mercados: Inglaterra, que había progresado con las maquinas de vapor, explotación de hulla y hierro y el aumento de su marina mercante. El exceso de producción presentó tres temas: encontrar consumidores, obtener materia prima y asegurarse el dominio del mar y la ocupación de puntos estratégicos en las rutas comerciales. Para esto la América española seria uno de sus objetivos.
La debilidad española: los borbones no pudieron remediar el estado en que había caído España con los últimos reyes de la casa de Austria (crisis). Las bajas finanzas y la falta de recursos bélicos impedían su producción.
La ignorancia inglesa con respecto a los hispano-americanos: Los ingleses creían que los indígenas aceptarían pacíficamente un cambio de dominación y los criollos también.
La independencia de EE.UU.: la separación de las colonias inglesas de la América del norte afectó al comercio ingles y a su vez amenazaba con competirlo, por lo tanto Inglaterra debía buscar puntos estratégicos cerca de EE.UU.
Las guerras contra la revolución francesa y Napoleón como consecuencia de la lucha que Inglaterra encabezó contra Francia (1793-1815) Se cerraron para ella los mercados europeos.
Los planes de Miranda: radicado en Londres, ayudó en la independencia de América fundando una sociedad secreta (la gran reunión americana o logia lautaro) a la cual se agregaron criollos residentes en Europa. Miranda elaboró un plan donde cuatro ejércitos ingleses invadirían Venezuela, Bs. As. , Valparaíso, y Panamá. Los dos últimos marcharon sobre lima pero fracasó.
La guerra anglo española (1796-1802): España participó en la 1ª coalición contra la revolución francesa, lo que provocó un acercamiento a Inglaterra pero luego se retiro de la lucha por la paz de Basilea y paso a ser aliada de Francia iniciándose así la guerra contra Gran Bretaña. Ésta duro seis años donde los españoles fueron vencidos en la batalla del Cabo San Vicente e Inglaterra ocupó las islas de Menorca en Europa y Trinidad en las zonas del Orinoco.
La agresión contra cuatro fragatas españolas: vuelve a estallar la guerra entre Francia y Gran Bretaña. Por su alianza con Napoleón, España tenia que intervenir y Carlos IV por un pacto secreto con Napoleón que cambiaba la colaboración armada por un subsidio mensual de 6.000.000 de francos. Inglaterra enterada de esto capturo cuatro fragatas españolas (cargadas de frutos y 4.000.000 de metálicos. Esto obligo a España a participar de la lucha.
Miranda preparó un plan para marchar a América pero la oposición rusa paralizo los preparativos. Napoleón quiso invadir Inglaterra pero termino con la derrota en Trafalgar.
Inglaterra envía una expedición a la colonia del cabo debido a que Napoleón designa rey de holanda a su hermano Luis y por lo tanto esta nación se sumó a los enemigos de Inglaterra, por lo tanto Inglaterra decide invadir la colonia irlandesa del cabo de Buena Esperanza al África.
Otra expedición fue atacar Brasil y de ahí fue al cabo, luego fueron a atacar el Río de la Plata con una escuadra al mando del Gral. Beresford.
Convocatoria de Liniers a los vecinos de Buenos Aires
" El justo temor de que veamos nuevamente cubiertas nuestras costas de aquellos mismos enemigos que poco hemos visto desaparecer huyendo de la energía y vigor de nuestro invencible esfuerzo (...) me hacen esperar que correréis ansiosos de prestar vuestro nombre para defensa de la misma patria que acaba de deberos su restauración y liberta (...). A este propósito espero que vengáis a dar el constante testimonio de vuestra lealtad y patriotismo, reuniéndose en cuerpos separados, y por provincias, y alistando vuestro nombre para la defensa sucesiva del suelo que poco hace habéis reconquistado (...). Vengan y unidos al esforzado, fiel e inmoral americano, y de los demás habitadores de este suelo, desafiaremos a estas aguerridas huestes enemigas (...)."
Proclama de Santiago de Liniers del 6 de septiembre de 1806, publicada en Valentín Alsina y Vicente Fidel López.
Las milicias provocan nuevos equilibrios políticos
La presencia militar alteró completamente el equilibrio social y político de la capital del Virreinato,. A diferencia de lo que sucede en un ejército regular, los jefes milicianos eran elegidos por sus propias tropas; por ejemplo, los patricios eligieron a Cornelio Saavedra, junto con Esteban Romero y José Domingo de Urien. La mayor parte de lo elegidos eran comerciantes y, en segundo término, los que ocupaban niveles altos y medios de la burocracia virreinal. Las milicias se transformaron en la primera vía de politización para amplios grupos de la sociedad porteña, incluyendo a los sectores populares. Cuando el conflicto militar finalizó, las milicias tuvieron decisiva importancia en la vida política interna. Se convirtieron en un factor político especialmente porque desde la derrota marítima de Trafalgar (1805) la Corona española había perdido buena parte de sus contactos con América y ya no podía ejercer su rol de árbitro de los conflictos americanos. Su presencia se haría sentir durante la asonada del 1º de enero de 1808, a favor de su líder, Liniers, y fundamentalmente en mayo de 1810.
Origen y Conformación de las Milicias
Luego de la primera invasión, la necesidad de defender la ciudad llevó a Santiago de Liniers y al Cabildo a abocarse a la creación de un cuerpo de milicias que, como lo mostró el rechazo de la segunda invasión, cumplió con éxito su objetivo.
Para ello, Liniers ordenó armar a todos los vecinos, los que debían ser distribuidos en cuerpos milicianos organizados según el lugar de origen o la casta de sus miembros. Para dar algunos ejemplos, Patricios ( oriundos de Buenos Aires), Húsares, Arribeños (integrado por voluntarios del norte del Virreinato) y Cazadores Correntinos (compuestos por criollos); luego estaban las milicias de Indios, Pardos y Morenos; y, finalmente, los españoles, que organizaron los regimientos de Gallegos, Andaluces, Vizcaínos o Catalanes.
Los milicianos criollos eran ampliamente mayoritarios, lo cual puso en alerta a muchos españoles, que vislumbraron un peligro para su oposición privilegiada.
El reclutamiento, que era voluntario, tuvo un éxito notable: un total de 8.000 hombres fueron armados, entre oficiales, suboficiales y milicianos. La cifra es realmente impactante, si se considera que al comenzar el siglo XIX Buenos Aires apenas contaba con una población de 50.000 habitantes, entre los cuales unos 15.000 eran esclavos.
Para ello, Liniers ordenó armar a todos los vecinos, los que debían ser distribuidos en cuerpos milicianos organizados según el lugar de origen o la casta de sus miembros. Para dar algunos ejemplos, Patricios ( oriundos de Buenos Aires), Húsares, Arribeños (integrado por voluntarios del norte del Virreinato) y Cazadores Correntinos (compuestos por criollos); luego estaban las milicias de Indios, Pardos y Morenos; y, finalmente, los españoles, que organizaron los regimientos de Gallegos, Andaluces, Vizcaínos o Catalanes.
Los milicianos criollos eran ampliamente mayoritarios, lo cual puso en alerta a muchos españoles, que vislumbraron un peligro para su oposición privilegiada.
El reclutamiento, que era voluntario, tuvo un éxito notable: un total de 8.000 hombres fueron armados, entre oficiales, suboficiales y milicianos. La cifra es realmente impactante, si se considera que al comenzar el siglo XIX Buenos Aires apenas contaba con una población de 50.000 habitantes, entre los cuales unos 15.000 eran esclavos.
La mentira de las Balas De la Iglesia Santo Domingo
Muchos porteños habrán observado en su cotidiano andar las torres de la Iglesia de Santo Domingo y notado las balas de cañón que están incrustadas en el frente. Lo que quizás muchos no sepan es que esos impactos son un símbolo de la defensa de la ciudad de Buenos Aires con motivo de la segunda invasión inglesa del año 1807. Cuando el 2 de julio de 1807 los ingleses intentaron apoderarse de Buenos Aires por segunda vez, el convento fue teatro de un glorioso episodio. Los invasores se habían atrincherado allí, y desde la única torre que tenía en aquel entonces ofrecían resistencia a las fuerzas de Santiago de Liniers. Muchos de los cañonazos disparados hacia el convento dieron en la torre, quedando las balas incrustadas en ella. En la época de Juan Manuel de Rosas, don José María Iturriaga hizo retirar las balas verdaderas y como recuerdo colocó en su lugar tacos de madera que son los que hasta hoy se conservan. Actualmente en los pasillos que circundan el altar mayor se encuentran exhibidas cuatro banderas tomadas por Liniers a los ingleses tras su rendición en Santo Domingo. Otra característica del templo es que en su atrio se encuentra el mausoleo que guarda los restos de Don Manuel Belgrano, quien fue sepultado con el hábito de la orden de los dominicos. Estos estuvieron primeramente sepultados bajo una losa, a la entrada de la iglesia, por voluntad testamentaria del general, que pertenecía a la Orden Tercera de Santo Domingo. También están sepultados en el convento los restos de los padres del general Belgrano, por las generosas contribuciones con las que habían favorecido al templo y los restos del general Antonio González Balcarce, de Hilarión de la Quintana y de Martín de Álzaga.
21 de mayo de 1942 fué declarado Monumento Histórico Nacional por decreto.
En la noche del 16 de junio de 1955 fue incendiado y saqueado, perdiéndose la mayor parte de sus documentos y reliquias.
21 de mayo de 1942 fué declarado Monumento Histórico Nacional por decreto.
En la noche del 16 de junio de 1955 fue incendiado y saqueado, perdiéndose la mayor parte de sus documentos y reliquias.
Tercera Invasión Inglesa a Buenos Aires: 1808
En 1805, España había puesto a disposición de Napoleón su Armada para la guerra naval contra los británicos, que culminaría en octubre con la destrucción de la marina española en la batalla naval de Trafalgar. La flota española que mantenía el comercio con las colonias se vio, a partir de ese momento, muy debilitada. Napoleón, al no poder invadir Gran Bretaña, que había afianzado su dominio sobre los mares, decidió un bloqueo comercial contra el Reino Unido impidiendo la entrada de sus productos a Europa. Pero en 1807, ese bloqueo fue rechazado por Portugal, aliado tradicional de Inglaterra. Entonces el Emperador de Francia decidió la invasión de Portugal.
Francia y España ocuparon Portugal a fines de 1807, la corona Británica ordenó al Almirante Ingles Sidney Smith, que rescatara y trasladara a la familia real portuguesa hacia sus dominios en Sur América, instalándose la corona portuguesa en Río de Janeiro.
Para Febrero de 1808, Inglaterra planificaba derrotar al virrey Liniers y reemplazarlo por un Regente con la Princesa Carlota, hija de Carlos IV Rey de España, instaurando en Buenos Aires, un Protectorado Inglés, en lugar del Virreinato del Río de la Plata.
El 4 de julio de 1808 el Rey de Inglaterra, Jorge III, decretó el cese de hostilidades con España, terminó el bloqueo de los puertos españoles y permitió la entrada de buques españoles a los puertos de Gran Bretaña. El tradicional adversario de España se convertía en aliado y Francia, que había sido siempre aliada de España, pasa a ser ahora el enemigo. Los planes del protectorado Inglés en Buenos Aires se esfumaron.
Francia y España ocuparon Portugal a fines de 1807, la corona Británica ordenó al Almirante Ingles Sidney Smith, que rescatara y trasladara a la familia real portuguesa hacia sus dominios en Sur América, instalándose la corona portuguesa en Río de Janeiro.
Para Febrero de 1808, Inglaterra planificaba derrotar al virrey Liniers y reemplazarlo por un Regente con la Princesa Carlota, hija de Carlos IV Rey de España, instaurando en Buenos Aires, un Protectorado Inglés, en lugar del Virreinato del Río de la Plata.
El 4 de julio de 1808 el Rey de Inglaterra, Jorge III, decretó el cese de hostilidades con España, terminó el bloqueo de los puertos españoles y permitió la entrada de buques españoles a los puertos de Gran Bretaña. El tradicional adversario de España se convertía en aliado y Francia, que había sido siempre aliada de España, pasa a ser ahora el enemigo. Los planes del protectorado Inglés en Buenos Aires se esfumaron.
Nuevo plan inglés para otra invasión a Hispanoamérica - Intento de la Tercera Invasión
Los comerciantes británicos continuaron desesperados por el bloqueo continental de Bonaparte y aunque el fracaso del ataque de Whitelocke a Buenos Aires desanimó a los dirigentes ingleses, el gobierno de Londres reinició la idea de una intervención militar en América. Esta vez planeaba presentarse como libertador y no como conquistador, para así obtener el beneplácito de los criollos.
El general Arthur Wellesley tomó a su cargo esta nueva acción, asesorado por Francisco de Miranda. Wellesley tuvo la idea de crear en América una monarquía constitucional, con dos cámaras como en Gran Bretaña, donde los integrantes de la Cámara Baja serían elegidos por los cabildos y terratenientes. Las demás instituciones coloniales españolas serían en principio conservadas.
Las tropas destinadas a América se comenzaron a preparar en el puerto irlandés de Cork, a fines de 1807. El plan consistía en enviar nuevamente al Río de La Plata, con fecha de desembarco en junio de 1808, una fuerza con 10.077 soldados y llevar armamento tanto para las tropas británicas como para un ejército criollo que se pensaba constituir al llegar. También se enviaría una expedición militar a México.
Pero al producirse el levantamiento del pueblo de Madrid durante la Guerra de la Independencia Española contra los franceses, el 2 de mayo de 1808, Wellesley ordenó a las tropas en Cork que fueran conducidas a Portugal con el objetivo de ir a brindar apoyo a la insurrección, desembarcando en ese país el 1 de agosto de ese año.
De esta manera se diluyó el nuevo intento de una intervención militar inglesa al Río de la Plata.
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